by Paulina

¿Sabía lo que estaba por suceder? Honestamente, no. Aunque había señales, parte de mí dudaba, incluso pensé que estaba soñando. Después de recorrer los lugares más impresionantes de Tailandia, empecé a pensar que si no sucedía ahí, quizás nunca pasaría. Pero lo mejor aún estaba por venir. Japón siempre ha sido especial en nuestra historia, destino de nuestro primer gran viaje juntos en 2017, y desde entonces, nuestra relación creció enormemente. Héctor no pudo haber elegido un mejor lugar para proponer matrimonio.

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Nuestro momento inolvidable tuvo lugar en Miyajima, Japón. Un sitio que anhelaba conocer, y realmente, Miyajima superó todas mis expectativas. Es un lugar mágico que combina todo lo que amamos: es una isla con montañas perfectas para senderismo, playas hermosas, y un pintoresco pueblo tradicional repleto de templos, donde ciervos salvajes, considerados mensajeros de los dioses, andan caminando libremente. Verdaderamente, su nombre "Isla Santuario" le hace honor a todo lo que vivimos.

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Llegamos después de un viaje que incluyó coche, metro, tren, barco y autobús ¡Una locura! Cero me esperaba que ese día iba a signifcar tanto en mi vida, 10 de Octubre 2023. Al acercarnos, quedamos maravillados por la belleza de los paisajes. Héctor me confesó que, al verlo, supo que era el lugar perfecto. Con el deseo de aprovechar el atardecer, nos sentamos en la playa a contemplar el gran Torii ( la estructura roja que sale en las fotos). A esa hora, la mayoría de los turistas regresaban a Hiroshima, pero nosotros nos quedaríamos en la isla, disfrutando de uno de los destinos más turísticos de Japón en soledad.

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Después de platicar un rato, Héctor trató de distraerme con el paisaje para que mirara hacia otro lado. Me resistí un poco, hipnotizada por la vista del Torii, pero finalmente para que dejara de insitir cedí. En ese instante, él se arrodilló y me preguntó si quería casarme con él. Aunque Héctor sabía que diría que sí, mi primera reacción fue un sorprendido "¡Ay no! ¿Cómo crees?" dejándolo en shock unos segundos, que seguramente le parecieron eternos, antes de decirle con emoción "¡Sí, claro que sí!" (creo que dije eso jaja la verdad no me acuerdo con tanta emoción).

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Disfrutamos de un hermoso atardecer hablando sobre nuestra vida, nuestro amor y nuestros planes futuros, incluyendo nuestra boda, razón por la cual estás aquí leyendo nuestra historia.

Al día siguiente, al subir al monte Misen, descubrimos el Templo del Amor, con una llama que ha ardido por más de 1000 años simbolizando el amor eterno. Encendimos una vela en honor a nuestro amor, sellando con broche de oro nuestra visita a Miyajima.

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Así es como sucedió nuestra propuesta, un momento decisivo que reafirmó nuestro amor y nuestro compromiso de estar juntos.

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Gracias por leer y qué bonito es compartir nuestra historia con ustedes.